martes, 19 de mayo de 2015

FUERZA Y RESISTENCIA

Fisioterapeutas IPETH

Compartido públicamente.  -  8 may. 2015
 
IMPORTANCIA DE LA TEORÍA DEL ENTRENAMIENTO PARA LA FISIOTERAPIA
La fisioterapia utiliza el movimiento en cualquiera de sus formas, para el desarrollo, la conservación y recuperación de todas las funciones en el ámbito somático y psíquico o bien para el aprendizaje. En la práctica fisioterapéutica se encuentra con frecuencia problemas relevantes pare el entrenamiento, p. ej. Las cuestiones de cómo se puede recuperar la capacidad de rendimiento del sistema cardiovasculatorio después de una fase de inmovilidad o de enfermedad interna, cómo se puede volver a desarrollar los músculos atrofiados, qué diferentes cualidades de la fuerza deben tenerse entonces en cuenta y cómo se pueden incrementar de forma concreta, cómo pueden mejorarse la capacidad de coordinación.
La aplicación de los conocimientos acerca de la ciencia del entrenamiento puede contribuir a aumentar considerablemente la efectividad de las medidas fisioterapéuticas. Ello ocurre sobre todo en la interrelación entre la fisioterapia en sentido estricto y el entrenamiento de rehabilitación en el sentido de terapia compleja. En comparación con la utilización de la resistencia del terapeuta o del peso del cuerpo del paciente y unos medios de ayuda sencillos, como lo son la cinta Thera, los pesos libres o también los aparatos de tracción simples, las posibilidades de esfuerzo más amplias y variadas pueden garantizar con mayor efectividad la necesaria intensidad, amplitud y especificidad de estímulos del entrenamiento de rehabilitación. La terapia compleja combina las ventajas de un tratamiento terapéutico único y del entrenamiento individual intensivo. También está prevista en los órganos que asumen su financiación en forma de fisioterapia ambulante y rehabilitación ambulante.
El concepto de rehabilitación incluye no solamente contenidos fisioterapéuticos en sentido más estricto, sino también todas aquellas medidas que conducen a la máxima recuperación posible de la capacidad de rendimiento del organismo o también de sobrecargas y lesiones.

APLICACIÓN DE LA TEORÍA DEL ENTRENAMIENTO A LAS CONDICIONES TERAPÉUTICAS.
Por regla general, los conocimientos de la teoría del entrenamiento se basan en las experiencias del deporte de alto rendimiento. Por tanto, en principio son válidos para el organismo sano. Si éste se ve afectado funcionalmente por enfermedades o lesiones, deberá tenerse en cuenta en el momento de la aplicación de las reglas de la teoría del entrenamiento al ámbito fisioterapéutico y rehabilitador, concretamente desde los siguientes puntos de vista:
La capacidad de esfuerzo y funcionamiento del organismo suele estar limitada: Queda sobreentendido que en la terapia, dependiendo de la enfermedad, lesión, intervención quirúrgica y estado actual del proceso de curación, debe tenerse en cuenta las directrices de esfuerzo específicas.
Los músculos no entrenados o atrofiados reaccionan de forma distinta frente a los estímulos de entrenamiento que los músculos con plena capacidad de rendimiento.
Los procesos neurofisiológicos han cambiado en el sentido de mecanismos de protección reflejos. Por tanto, cuando existe una inflamación intraarticular o estados de dolor del sistema locomotor, se produce una inhibición de la fuerza muscular o una hipertonía reactiva. Ello altera la generación de la fuerza, la elasticidad, la capacidad de coordinación, el metabolismo y la capacidad de adaptación a los estímulos de esfuerzo de los músculos afectados.
En general, en caso de derrame intraarticular y estados de dolor e inflamación intraarticulares y estados de dolor e inflamación entraarticulares las motoneuronas de los extensores están inhibidas (reducción del desarrollo de la fuerza). Cuando existe inflamación y dolor, se produce, además, una estimulación de las motoneuronas flexoras. Cuando existen dolores musculares debe contarse con un aumento del tono en descanso y una reducción de la fuerza de contracción.
A causa de la inhibición del desarrollo de la fuerza, el potencial de fuerza existente no puede aprovecharse al máximo. En la determinación de la fuerza máxima actual puede servir como base del control del esfuerzo en el entrenamiento de la fuerza para deducir unas intensidades de esfuerzo demasiado bajas y, por tanto, una menor efectividad del entrenamiento. Por esta razón debe suponerse que en la rehabilitación la carga es más bien demasiado baja que excesiva. Por tanto, parece razonable entrenar con las máximas intensidades posibles teniendo muy en cuenta la capacidad de carga real.
Por principio, el entrenamiento en la terapia debe adaptarse a las condiciones especiales que allí rigen. Ello significa que generalmente debe comenzarse con esfuerzos relativamente bajos para acercarse cada vez más a los esfuerzos recomendados en la teoría del entrenamiento. Cuando se aplica una terapia es mejor centrarse en la eliminación de los mecanismos de protección reflejos o bien no ponerlos repetidamente en funcionamiento o intensificarlos mediante sobrecarga en la terapia y la vida cotidiana. Como complemento se puede seguir un entrenamiento adecuando a la capacidad de carga real para de este modo aumentar lo más rápidamente posible la capacidad de rendimiento.


PRINCIPIOS DEL ENTRENAMIENTO
Los principios describen las leyes fundamentales de la adaptación biológica. Su cumplimiento permite una adaptación óptima del organismo a los estímulos de esfuerzo.
Principio del estímulo efectivo para el entrenamiento:
Un estímulo debe ser lo bastante intenso, es decir, debe alcanzar un determinado umbral de la capacidad de rendimiento para poder desencadenar procesos de adaptación. La situación de este umbral depende del estado de entrenamiento. En el entrenamiento de la fuerza p.ej., de una persona no entrenada es aproximadamente el 30% de la fuerza máxima. En la persona muy entrenada debería generarse alrededor del 70% de la fuerza máxima para conseguir un aumento de fuerza.
En general es válida la siguiente regla: Cuando un estimulo de entrenamiento es demasiado débil no produce ningún efecto. Si se sitúa ligeramente por encima del umbral mantiene la capacidad de rendimiento. Si supera ampliamente el umbral aumenta la capacidad de rendimiento. Si es excesivo produce lesiones (reglas de los niveles de estímulo). Además de ello, un estímulo de entrenamiento debe tener un efecto específico. Si se quieren conseguir unos efectos del entrenamiento muy definidos, los estímulos de esfuerzo deben adaptarse exactamente al objetivo del entrenamiento deseado. La efectividad de los estímulos de esfuerzo se determina de acuerdo con los siguientes parámetros de esfuerzo:
• Intensidad del estímulo (= duración de la efectividad de un estímulo, determinada por ejemplo por la velocidad del movimiento).
• Densidad del estímulo (= relación entre tiempos de estímulo y recuperación).
• Amplitud del estímulo (= número de repeticiones y series dentro de una unidad de entrenamiento).
• Frecuencia del entrenamiento (= número de las unidades de entrenamiento por semana).
La importancia de los distintos parámetros volverá a comentarse en el tratamiento de las características motrices fundamentales. El principio del estímulo con efecto sobre el entrenamiento constituye el principio básico del entrenamiento.




RESISTENCIA
La resistencia se refiere a la capacidad del organismo para soportar la fatiga, es decir, su capacidad para mantener un rendimiento determinado durante tanto tiempo como sea posible. La resistencia puede diferenciarse de varias formas: de acuerdo con el punto de vista de la forma de obtención de la energía (resistencia aeróbica y anaeróbica), grado y duración del esfuerzo (duración corta, media o prolongada), de los músculos sometidos a esfuerzo (resistencia local y general), de la forma de trabajo muscular (resistencia dinámica y estática), de la especificidad deportiva (resistencia general y especial),así como la participación de otros factores condicionantes (fuerza de resistencia o fuerza explosiva).

RESISTENCIA AERÓBICA Y ANAERÓBICA.
Los rendimientos de resistencia se diferencian sobre la base de la forma de obtención de la energía subyacente de rendimiento aeróbico se denomina resistencia aeróbica. En los esfuerzos continuados aeróbicos, el oxígeno disponible es suficiente para cubrir por completo las necesidades energéticas mediante la obtención oxidativa de energía. Una obtención de energía puramente aeróbica es posible hasta que se alcanza el umbral aeróbico. Si el esfuerzo sigue aumentando se incrementa la concentración de lactato a causa del mayor metabolismo anaeróbico. En la región de paso del ámbito aeróbico al anaeróbico esta concentración es relativamente baja. En el umbral anaeróbico (grado pendiente del estado de entrenamiento) el lactato que se produce todavía puede ser compensado. A partir de ahí se produce una acumulación de lactato y una disminución el rendimiento.
La resistencia aeróbica garantiza un suministro de energía económico y duradero, por lo que constituye la base de la capacidad de rendimiento físico. Sin ella, el trabajo físico prolongado conducirá rápidamente a la fatiga.
Cuando está bien desarrollada, permite una rápida recuperación después de los esfuerzos, con lo cual permite un entrenamiento intensivo. A causa de la fatiga, que se produce más tarde, la capacidad de reacción y de coordinación se mantiene durante más tiempo. Ello a su vez reduce el peligro de lesiones. La capacidad de rendimiento aeróbico está determinada, por una parte, por el consumo máximo de oxígeno. Éste depende de la capacidad de rendimiento de los sistemas respiratorio (volumen respiratorio, capacidad de difusión) y cardiovascular (volumen minuto cardíaco de sangre, contenido en hemoglobina). En el organismo sano, el sistema cardiovascular es el factor que limita el rendimiento. L a capacidad de rendimiento aeróbica depende también de la medida en que los músculos pueden aprovechar el oxígeno que pone a su disposición el sistema cardiovascular. Esta capacidad esta determinada por el grado de capilarización, el tamaño y número de las mitocondrias, la capacidad enzimática aeróbica, el tamaño de los depósitos de glucógeno, el contenido en mioglobina de los músculos y la proporción de los distintos tipos de fibras. Además de ello, también la economía en el desarrollo de los movimientos.
La resistencia anaeróbica es la capacidad de obtención anaeróbica de energía. Por tanto, corresponde a la capacidad de llevar a cabo esfuerzos continuados de alta intensidad durante todo el tiempo posible. Los factores que determinan el rendimiento son fundamentalmente: la fuerza máxima, la capacidad de los depósitos de energía y de las enzimas específicas, la tolerancia al lactato (capacidad de amortiguación) y la calidad de la coordinación. En el ámbito terapéutico, la resistencia anaeróbica tiene importancia con respecto a la fuerza de resistencia.

RESISTENCIA GENERAL Y LOCAL
Se habla de resistencia general cuando se somete a esfuerzo más de una sexta parte de la masa muscular total en el sentido de la resistencia. Solamente cuando se supera este límite, el sistema cardiovascular es sometido a tal esfuerzo que se producen unas adaptaciones al entrenamiento dignas de mención. Se entiende por resistencia local la capacidad de resistencia local la capacidad de resistencia en caso de esfuerzos en los cuales participa menos de una sexta parte de la masa muscular total. Este tipo de esfuerzo no constituye un estímulo de entrenamiento digno de mención a causa del poco esfuerzo general que se realiza. Esta distinción entre resistencia aeróbica local y general es razonable desde el punto de vista de la metodología del entrenamiento.

RESISTENCIA AERÓBICA GENERAL
La resistencia aeróbica general determina todos los rendimientos de los distintos tipos de esfuerzo en los cuales se utiliza más de una sexta parte de la masa muscular total durante un período de tiempo prolongado. La resistencia aeróbica general estática, en la cual se someten a esfuerzo isométricos grupos musculares de cierto tamaño con menos del 15% de la fuerza máxima, al contrario de la forma dinámica, no tiene una relevancia especial para la capacidad de rendimiento físico. La resistencia aeróbica general puede mejorarse con ayuda de los métodos interválicos y de duración.
MÉTODOS PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD AERÓBICA
Para determinar la capacidad de rendimiento aeróbico son importantes los siguientes parámetros:
• Frecuencia de pulso
• Consumo de oxigeno (espirómetro)
• Concentración de lactato (prueba de sangre)

FUERZA RESISTENCIA
La fuerza resistencia es la capacidad para resistir es la capacidad para resistir a la fatiga cuando se realizan rendimientos de fuerza prolongados que superan el 30% de la fuerza máxima. Depende del grado de fuerza máxima y de la capacidad local tanto aeróbica como anaeróbica. Por encima del límite del 30% se necesita cada vez más la obtención anaeróbica de la energía. La fuerza resistencia fuerza se necesita siempre allí donde debe desarrollarse fuerza durante un espacio de tiempo prolongado. Ello ocurre ya en los esfuerzos cotidianos como subir escaleras o subir cuestas, estabilizar la postura cuando se lleva una mayor carga, para los esfuerzos físicos en la profesión.

NECESIDADES ENERGÉTICAS Y TIEMPOS DE RECUPERACIÓN EN EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA
A excepción del entrenamiento de la fuerza resistencia, las necesidades energéticas en el entrenamiento de la fuerza se cubren principalmente con el fosfato de creatina. Desde el punto de vista de la energía muscular, aquél permite una recuperación rápida después de realizar esfuerzos de fuerza máxima o explosiva. Además de ello, la fatiga central, las afectaciones de las estructuras de transmisión neuromusculares y otros factores del cansancio limitan el rendimiento). En el caso de las fuerzas que se generan durante poco tiempo y con intensidad seguramente desempeñan un papel principal en la fatiga.
Cuando se determina la duración de las pausas también deben tenerse en cuenta factores como la limitación de la capacidad de carga y la sobrecarga muscular (contractura, calambre)

DETERMINACIÓN DE LA INTENSIDAD DEL ESFUERZO EN EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA
La condición necesaria para dosi-ficar adecuadamente el esfuerzo en el entrenamiento de la fuerza es la de-terminación de la fuerza máxima real para poder deducir las intensidades del esfuerzo con el fin de alcanzar determinados objetivos de entrena-miento. La base para ello es en la teo-ría del entrenamiento normalmente la fuerza máxima isométrica, que se define por la resistencia que el mús-culo puede superar mediante un tra-bajo estático. Ello provoca problemas en el ámbito de la rehabilitación, ya que por regla general precisamente no es posible trabajar superando obstá-culos máximos. Por esta razón, debe realizarse una determinación indirec-ta de las intensidades de esfuerzo.
Para ello se aprovecha la experiencia que ha demostrado que a un determinado porcentaje de la fuerza máxima le corresponde un posible número de repeticiones (valores experimentales de acuerdo con los músculos con capacidad de rendimiento y no afectados). La exactitud de este método se ve afectada por muchos factores: disponibilidad al rendimiento o miedo inconsciente del paciente frente al dolor o las lesiones, exigencia del ejercicio de realizar un rendimiento físico, forma diaria, grupo muscular estudiado, velocidad de realización, ámbito de intensidad y la cuestión de las posibilidades de aplicación a las condiciones de rehabilitación. Por tanto, este método solamente permite un acerca-miento aproximado a las intensidades de esfuerzo, lo cual todavía permite un control del esfuerzo lo suficientemente efectivo.

Bibliografía
Sánchez Bañuelos F (1996). La Actividad Física orientada hacia la salud. Biblioteca Nueva: Madrid.
Bompa, T. (2005). Periodización  de  la  fuerza.  La  nueva  onda  de  entrenamiento  de  fuerza. Editado   en   versión   digital   Grupo   Sobre   Entrenamiento   en:www.sobreentrenamiento.com
Lopez J., Fernandez A. (2009). Fisiología del Ejercicio 3ªediciòn. Buenos Aires; Madrid: Medica Panamericana.
ELABORADO POR:
Aguilar Domínguez Denisse 4°J
Abril García
Valentina Sánchez
Baruc Camacho
Lorena Huerta

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