viernes, 8 de mayo de 2015

Hidroterapia en la reeducación de la marcha.

INTRODUCCIÓN 

El primer ambiente que ofrece la vida es el líquido amniótico en el útero materno. Desde antes de nacer el cuerpo humano nada en una solución acuosa con una temperatura estable y un lugar seguro para todos sus primeros movimientos. Al nacer se pasa a un medio completamente seco, sin embargo, el agua sigue ofreciéndonos alternativas no solo para la higiene y la diversión, sino de curación, tanto a niños como adultos.  El término hidroterapia deriva de las palabras griegas hydor (agua) y therapeia (curación). Se ocupa de las aplicaciones tópicas sobre la piel o mucosas, del agua potable, ordinaria, utilizada con fines terapéuticos, en cuanto que es vehículo de acciones físicas, mecánicas y térmicas. En las piscinas se evidencian los efectos mecánicos (hidrostáticos, hidrodinámicos e hidrocinéticos) de la hidroterapia combinado con los térmicos (aplicaciones calientes y frías).  En las piscinas se realiza el entrenamiento de la marcha en los tangues de marcha. Consiste en un canal donde se puede regular el nivel del agua para favorecer o dificultar la marcha, la superficie puede ser de diferentes materiales, antideslizantes, de arena, de cantos rodados, etc.; en ella se realizan los ejercicios de reeducación de la marcha y de puesta en carga progresiva.  Al graduar la altura de inmersión se proporciona al paciente un control progresivo del equilibrio, debido al factor de resistencia o roce, desarrolla patones de movimiento en cámara lenta que le permite al paciente una mayor concientización. Facilitan reeducar el patrón de marcha no solo en pacientes con severas afectaciones musculoesqueléticas, como el manejo integral de las sustituciones protésicas, sino que ofrece una alternativa de movilización única, a pacientes con grandes síndromes neurológicos.  Durante la inmersión se dan las condiciones ideales para una reeducación de la marcha, el entrenamiento del equilibrio y la coordinación, en mucho menos tiempo del que se necesita fuera del medio acuático para que la fuerza muscular o la consolidación ósea sean suficientes y en momentos en que la inflamación articular todavía no permite la estancia de pie, fuera del agua.

DESARROLLO

Hidroterapia en la reeducación de la marcha Con la transformación de la pelvis hace 3 millones de años, a partir de una forma básicamente adaptada a la cuadrupedia arborícola, tal como se observa en los grandes simios actuales, en una forma concebida para la bipedestación terrestre propia de los seres humanos modernos la adopción de la marcha en posición vertical apareció relativamente pronto en la historia de la evolución del ser humano. 
La marcha puede definirse como una sucesión de pasos, entendiéndose por pasos aquellas acciones y movimientos que se producen entre el choque de talón de un pie y el choque de talón del pie contralateral.
La marcha requiere un proceso de desarrollo y automatización. En el ser humano el desarrollo es cefalocaudal: dos meses (marcha automática); siete meses (reptación o rastreo); ocho meses (se mantiene en pie si se le dan las manos); 10 meses (gateo, abdomen muy próximo al suelo); 11-12 meses (gateo como oso); 13-15 meses (marcha independiente) y 5-7 años (marcha parecida a la del adulto).  
Entre los dos y tres años de edad ya se observan signos de maduración de la marcha como: aumento de la velocidad, duración del apoyo monopodal, rotaciones opuestas de la cintura escapular y pélvica, mejora el equilibrio y aumenta los ángulos de flexión de la rodilla y dorsiflexión del tobillo. Sutherland considera que entre los 6-7 años las características electromiográficas, cinéticas y cinemáticas se asemejan a las de un adulto. 
Popova y Bernshtein estudiaron el desarrollo de la marcha en el niño y comprobaron que el patrón propio del adulto lo alcanza entre los 7-9 años. El análisis sistemático de la marcha del individuo con trastornos esqueléticos o neuromusculares aporta grandes posibilidades para la evaluación clínica y seguimiento de las alteraciones y lesiones, permite determinar la naturaleza y severidad de la misma. 
1. Dolor: el patrón característico de la marcha antiálgica es disminución de la velocidad, cadencia, longitud de zancada, tiempo de apoyo, presiones sobre el miembro en apoyo y abducción de los miembros superiores para intentar la evitación del centro de gravedad. 
2. Limitación del movimiento: los tejidos no permiten una movilidad suficiente para adoptar posturas normales y rangos de movimiento fisiológico durante la marcha. 
3. Debilidad muscular: puede ser debida a una atrofia muscular por desuso, a lesiones neurológicas y miopatías. 
4. Control neurológico deficitario: se puede presentar en patologías del sistema nervioso central o periférico, manifestándose en diferentes alteraciones básicas como: 
- Espasticidad. 
- Alteraciones de la coordinación. 
- Patrones reflejos primitivos.
- Alteración de la propiocepción. 
Se requieren cuatro atributos principales para que un patrón de marcha sea normal: un grado de movilidad adecuado; una sincronización apropiada de activación de los músculos durante el ciclo de la marcha; fuerza muscular suficiente para cubrir las exigencias de cada ciclo de la marcha y un aporte correcto de aferencias sensoriales de los sistemas visual, somatosensorial y vestibular. 
El objetivo de la rehabilitación en la reeducación de la marcha es lograr una marcha funcional. La marcha funcional es el medio de locomoción por el cual, su estructura ósea, la movilidad articular y la alineación de los diferentes segmentos de los miembros inferiores experimentan un cambio que influirá en la destreza de su desplazamiento, cuyo objetivo es lograr progresar en el movimiento, la estabilidad y las funciones adaptativas para conseguir el menor gasto posible y estético tanto músculo esquelético como neurológico y adaptarse a la superficie de apoyo con ortesis o no para lograr el paso funcional en los diferentes planos de superficie. 
El agua es una alternativa de tratamiento que nos ofrece la naturaleza para realizar la técnica de reeducación de la marcha. El hombre al sumergirse en el agua experimenta los efectos mecánicos producidos por la hidroterapia.
En un tratamiento de reeducación de la marcha en al agua, diez deportistas amateur, con plastia del ligamento cruzado anteroexterno, lograron la recuperación del rango de movimiento, tanto en la flexión como en la extensión (100 %) y la mejoría en aquellos pacientes con alteración de la propiocepción “estática” y “dinámica”.
Los efectos fisiológicos más importantes producidos por la hidroterapia, como método termoterápico son: con agua en temperaturas calientes ( analgesia, aumento de la temperatura y vasodilatación tisular, sedante, antiespasmódico, relajante muscular y sobre el tejido conectivo ) y con agua en temperaturas frías (descenso de la temperatura local de la piel y tejidos subyacentes, estimulación de los termoreceptores, vasoconstricción cutánea, disminución de la pérdida de calor, prevención de edema, reduce la excitabilidad de las terminaciones nerviosas libres y aumenta el umbral del dolor).

CONCLUSIÓN 

Las propiedades físicas y térmicas del medio acuático constituyen una alternativa de tratamiento eficaz para la reeducación de la marcha en las afecciones neurológicas y del aparato locomotor. 

Referencia Bibliográficas 

1. Matilde Z, Ruiz CI, Rivera JM, Adaya JA. Tratamiento de neuroterapia acuática en niños menores de 4 años. Plast & Rest Neurol. 2006; 5 (1): 25-9. 
2. Martín Cordero J E. Generalidades en Hidroterapia. En: Agentes físicos terapéuticos. La Habana: Ecimed, 2008. p. 100 -18. 
3. Nicholas JJ, Kevorkian G. Artritis. En: Susan J. Garrison, Manual de Medicina Física y Rehabilitación, 2nd ed. [sl]: McGraw-Hill-Interamericana; 2005. p. 50-66. 







4L
Equipo 3
Jesús Dayán Carrera Rueda
Yatzeel Yair Croda Fernández
Ana Paola Jiménez Canseco
Carlos Fernando Teyssier Ibarra
Ana Rosella Vargas Sáenz

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